Japón vendrá sólo si Grondona consigue que los equipos de Europa le cedan a sus jugadores.
La pelota ya acostumbra ofrecer estas sagas en capítulos propias de la ficción. La historia, hoy por hoy, cuenta que Japón jugará en la Copa América, que vendrá a la Argentina, que estará para enfrentar al equipo de Sergio Batista en el Matador Kempes de Córdoba en el cierre del grupo A. Pero la película tiene su condimento de intrigas y pactos. Hay un sí, pero con condiciones...
Tras el terremoto y tsunami del 11 de marzo, Japón demoró unas semanas en anunciar lo previsible: su retiro de la Copa América a causa de la catástrofe. Puntualmente, la tragedia había obligado a reprogramar la J-League, que aplazó su tradicional mes de receso, ergo, que se estará jugando el torneo durante la Copa América.Pero cuando los Samurai Blue se bajaron, la reacción de diversos sectores fue de rechazo.Allá, tanto la prensa como los hinchas consideraban que se desperdiciaba la chance de alta competencia.Acá, los detentores de los derechos de TV sabían que ni una España campeona del mundo,que se llegó a manejar como reemplazo,tapaba el hueco que significaba perder el mercado nipón...
Así, los benditos días de plazo que se le dieron a la Asociación Japonesa (JFA) para “repensar” su decisión transcurrieron entre negociaciones. El martes, el Comité Ejecutivo de la J-League dio el visto bueno. Para convencer a ese organismo, Hiromi Hara, director de la JFA, habló en nombre de Junji Ogura, el presidente, y ofreció un trato: los clubes de la J-League darían el ok bajo el compromiso de armar el plantel de 22 con unos 15 nipones “europeos” y sólo siete de la liga local. Con el beneplácito del DT Alberto Zaccheroni, la movida partió desde el compromiso de Julio Grondona con Ogura. Como vice de la FIFA, Don Julio prometió tratar el tema con Joseph Blatter para que se libere a los jugadores. No es un dato menor que ya fueron cedidos este año para la Copa de Asia (7 al 29/1). Por eso nadie asegura que en Europa den el sí. “Si los europeos no ceden, Japón tiene todo el derecho a no venir. Sería un lío, pero el plan B es Costa Rica, otra vez
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